Ha pasado más de un mes del final de los juegos Paralímpicos de Tokio 2020, pero la reflexión sigue latente. Aquella imagen de Angélica Espinoza, ganadora del oro en para taekwondo, corriendo alrededor del campo con la bandera peruana encima, fue símbolo del logro supremo contra las barreras que en la vida ocurren. Para Efraín Sotacuro, maratonista paralímpico, “una discapacidad no es una incapacidad”. Entonces, ¿la lucha por los sueños deportivos se acaban con el infortunio de un accidente? El espíritu de superación de nuestros representantes brilla de grandeza por su remar perseverante ante las adversidades.
La marea de los prejuicios
Con 11 años, Carlos Salgama hacía notar su empeño en el trabajo. Pero, en su solidaridad le tocó encontrarse con la tragedia, pues una máquina de sembrar maíz hizo que perdiece el brazo. El golpe duro lo derribó, pero la motivación surgió una mañana con la transmisión de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. Nuestro compatriota, el medallista Raúl Pacheco, reflejó en su televisor aquella garra de progresar frente a los obstáculos en la vida. De pronto, el chip deportivo, lleno de energía y perseverancia, nació en Carlos y lo convirtió en lo que es hoy: un atleta paralímpico.
“Ciertas veces, la gente te mira con ojos diferentes. No quiero decir de desprecio, pero como si fueses de otro planeta” sentencia Carlos, en señal del desdén que sentía en principio. La cuna del éxito no excluye a quien no tiene alguna extremidad, sino a quien carece de ganas por seguir adelante. Así, el maratonista paralímpico lo justifica, pues las incomodidades formaban parte de su día a día. Pese a ello, ha logrado llegar a competir internacionalmente y al más grande nivel en Tokio 2020, lo que le ha cambiado el panorama de vivir la vida. Crecer y llegar al podio son sus metas, pero la mentalidad sobresale.
Deporte, un concepto más grande que el que creemos
Ludwig Guttmann, médico que atendía a los damnificados por la segunda guerra mundial, es un ícono mundial, debido a que tenía un sueño. Aquel era ver a los discapacitados ser las principales caras del deporte, que se suban al estrado con coraje y luchen por cantar una victoria eufórica. Hoy en día, se puede decir que se ha producido un espejismo de lo que soñó, pues el deporte paralímpico toma más fuerza cada vez más. En palabras de Pedro Canelo, redactor y editor de la sección Deporte Total de El Comercio, la cobertura periodística también tiene una tarea importante: salir de la rutina futbolística en la agenda deportiva y acercarnos a más deportes.
“No solo se trata de cubrir un resultado, sino el esfuerzo de personas que se reinventaron para destacar en una disciplina deportiva”, apunta Pedro. Él percibe que ha habido un salto importante en la difusión de noticias paralímpicas: valentía, resilencia y emoción. Estos son componentes de valor que no deben mantenerse en la cueva de lo no cubierto y deben salir a flote para dar a conocer cada historia al espectador. De ese modo, el periodista de El Comercio siente que aún hay mucho que trabajar en cuanto a cabida periodística y la conexión del crecimiento deportivo y la cobertura van de la mano para un mejor trabajo para el Perú.
El peruano también juega su carrera
El oro olímpico es el placer más grande que un deportista puede disfrutar y Angélica Espinoza lo vivió. Pedro Canelo no duda en mencionar que el rebote mediático de la hazaña con sello peruano fue el apogeo de la cobertura periodística. El himno nacional compuesto por Rosa Merino retumbó en Tokio y fue símbolo del talento peruano imponiéndose al naufragio accidental.
Ello también es razón para que la sociedad brinde más apoyo al esmero de nuestros compatriotas en el deporte paralímpico. Carlos Salgama vio ese cambio en Lima 2019, pues a la luz muchas batallas de para deportistas salieron, incluída la suya. Los hinchas, desde las gradas, coreando los apellidos de los participantes en la cancha, fueron ese motor que elevó el nivel. Y ese es el camino, el valorar el ímpetu deportivo.
Pedro Canelo rescata que la visibilidad de estos valores peruanos tiene un punto relevante en la prensa. Mientras más se den a conocer, el soporte económico, de recursos y marketero los hará escalar en su persistencia para ascender a lo más alto. Así, vemos cómo el reconocimiento es fundamental para que el para deportista llegue a la meta. Y así, nosotros también competimos esa carrera.
Minuto a minuto, segundo tras segundo, deseamos la gloria deportiva, ver el nombre de un peruano en lo más alto. Pero, es esencial saber que detrás de aquel para deportista en competencia, hay una cadena de obstáculos que pudo haber hecho la carretera intransitable por mucho tiempo. El valor para este horizonte del deporte debe ser grande y eterno, porque las hazañas cuestan, pero combatir en situaciones desventuradas, aun más.