El ex primer ministro de la nación, Guido Bellido, volvió a ser noticia luego de su renuncia el pasado martes 06 de octubre. Si bien, ya es común de su parte mostrar sus posturas a través de su cuenta personal de twitter, esta vez se animó a publicar en la misma red unas instantáneas junto a los participantes de una reunión en el distrito de Megantoni. Acompañando a dichas fotografías, escribió un breve texto haciendo énfasis en que, incluso sin el apoyo del presidente, impulsará una nueva Constitución.
Es verdad que, desde la campaña política, el partido Perú Libre siempre ha destacado que su prioridad es el cambio de la Carta Magna. Sin embargo, hasta el momento, aún no lo ha logrado. Esto se debe a que, para configurar el estatuto nacional, se deben seguir ciertos procesos que la actual Constitución prevé. Mismos que, todavía no se han completado para continuar con dicha reforma.
¿Por qué una nueva Constitución?
Según el capítulo II del ideario de Perú Libre, la Constitución Política del Perú (CPP) de 1993 es de carácter mercantilista, individualista, entreguista y privatista. Ante ello, buscan reformularla para así otorgarle un tinte nacionalizador, rescatista y, sobre todo, humanista. Vladimir Cerrón, líder fundador del partido del oficialismo, plantea en dicho programa presentado ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), que la Carta Magna tiene una visión neoliberal. Esto último, reflejaría, al menos para ellos, que el Estado perdió su soberanía para regirse únicamente por fórmulas internacionales como el Consenso de Washington, el Banco Mundial, entre otros.
Para modificar la CPP, Perú Libre propone lo que llama «Economía Popular con Mercados». Esta idea se basa en ofrecerle al Estado diferentes roles a los que ya cuenta en la actualidad. Pues, entre las bases del ideario se menciona que el Estado tendría la facultad de redistribuir la riqueza y, además, podría nacionalizar recursos o capitales internos. Asimismo, se le otorgaría el poder de renegociar y/o anular los contratos de diversas concesiones.
Asimismo, otro punto por el cual Perú Libre estaría interesado en cambiar la CPP, es por la priorización de la demanda interna. Según la reformulación de la ley suprema, el Estado pasaría de medir sus indicadores gracias a la demanda ejercida por el exterior. Este interés particular, se basa también en el propósito de evitar que el Perú siga inmerso en la ley de oferta y demanda. La cual consideran nociva para la ciudadanía, pues promueve una «sociedad de mercado», en donde el hombre es visto solo como un bien o medio productor.
Declaraciones de Bellido para el cambio de la Carta Magna
El uso de la plataforma de Twitter para expresar ideas y posturas, siempre ha sido muy común para Guido Bellido Ugarte. Y, como era de esperarse, es en la misma red social en la que, en diversas oportunidades, ha comentado respecto a su deseo por convocar a la Asamblea Constituyente lo más pronto posible. Pues, reconoce que es el paso principal para modificar la CPP.
El último tuit al respecto, asevera que la convocatoria a dicha Asamblea y la próxima modificación de la Carta Magna, deben priorizarse. Tal y como menciona en la publicación, misma que es acompañada de dos imágenes, la nueva Constitución verá la luz con o sin el apoyo del presidente Castillo.
Es preciso recordar que, la renuncia del expremier, estuvo inducida por una petición explícita del jefe de Estado. Por lo tanto, parece que el último tuit de Bellido Ugarte, se trataría de una declaración de intenciones. Misma que parece demostrar que, en la actualidad, tanto él como Castillo, podrían tener diferencias respecto a la reformulación de la ley suprema.
¿Qué se necesita para cambiar la Constitución?
Para lograr una reforma parcial y/o total de la CPP, se necesitan seguir dos vías legales y cumplir con cada uno de los procedimientos que requiere. En primer lugar, se indica que, según la Constitución vigente, tanto el presidente como alguna bancada del Congreso puede intentar. Para que sea aprobada, deberán existir, como mínimo, 66 votos a favor (la mitad más uno de los parlamentarios). Posterior a ello, se sometería la decisión a un voto popular motivado por un referéndum.
No obstante, en caso de lograrse el voto a favor por parte de los dos tercios de los congresistas hábiles en dos legislaturas sucesivas, no habría necesidad de efectuar la consulta ciudadana. Por otro lado, el segundo camino legal para modificar la Carta Magna es mediante una iniciativa promovida exclusivamente de los ciudadanos. Para ello, se necesitarán alrededor del 0,3 % de rúbricas firmadas del total de electores hasta los últimos comicios electorales. De lograrse, dicho padrón sería verificado por el JNE y, finalmente, se presentaría ante el hemiciclo.