Hoy cobra relevancia histórica la presencia filosófica de Sócrates a través de los diálogos de Platón, en el examen moral y ético de nuestra sociedad como país, en la búsqueda del bien y la justicia como conceptos plenos de la Institucionalidad Democrática y Jurídica en pleno siglo XXI, camino al Bicentenario del Perú, en plena Pandemia Mundial. El presidente del Perú, mediante Decreto Supremo No 044-2020-CPM, de fecha 15 de marzo del año dos mil veinte, decreto el estado de emergencia en todo el territorio nacional por el plazo de 15 días con motivo de la pandemia ocasionada por el VIRUS COVID-19; plazo que ha sido prorrogado conforme a los diversos Decreto Supremos hasta al 10 de mayo del 2020.
En este lapso de aproximadamente 48 días, desde que dicto la medida de aislamiento social, el presidente y su gabinete han actuado de manera prudente y han comunicado las acciones a través de conferencias de prensa casi diarias, indistintamente a los cuestionamientos sobre la veracidad en el número de infectados de cada región a nivel nacional, conferencias, que han permitido conocer de este virus letal a lo largo y ancho del país, adoptando medidas que han llevado a la fecha; situaciones impredecibles y que enlutan a muchas familias a nivel nacional, estas medidas adoptadas lo hizo dentro de los parámetros constitucionales que la Carta Magna señala en su artículo N° 137 y le faculta en calidad de Presidente de la Republica, declarar en estado de emergencia en casos de graves circunstancias que afecten la vida de la Nación, confinando a la gran población a un aislamiento social que permita disminuir el numero de contagios que a la fecha suman 44,609, de 368,710 muestras procesadas, número de fallecidos, 1,276.00, números de personas que se encuentran en camas de UCI con ventilación mecánica, 671 personas, (Según cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud). Entre ellos, médicos, enfermeras, policías, militares, congresistas, funcionarios y ciudadanos que dentro de su libertad, lamentablemente fueron infectados y pacientes dados de alta que a la fecha ascienden a 13,739 personas. (Según cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud).
¿Debió esperar el presidente y su gabinete a tener tantas bajas para recién convocar al Foro del Acuerdo Nacional, más aún teniendo en cuenta la instalación del nuevo parlamento, (16 de marzo del 2020) y que los informes estadísticos de los diversos países del hemisferio arrojaban un incremento de casos y muy pocos países, habían disminuido considerablemente el número de contagios, producto a su infraestructura sanitaria, y otras bondades del primer mundo, que tanto carece nuestro país y la región y, cuando en una de sus conocidas conferencias de prensa anunciaba la convocatoria a elecciones nacionales en abril del 2021, a fin de que se lleven a cabo dentro del marco democrático de su mandato, cuya ciudadanía ante la enorme incertidumbre suscitada por este letal virus elegirá a un nuevo líder que dirigirá los destinos de nuestra nación, asumiendo el alto costo de liderar en una época de guerra viral y un país que va quedar empobrecido?
El Acuerdo Nacional, fue suscrito el 22 de Julio del 2002, y nace de una transición democrática al dejar el gobierno el expresidente Alberto Fujimori y que fue suscrito por los partidos políticos, que tenían en ese momento representación en el parlamento, para lo cual, la OEA, instaló una mesa de diálogo para la transición democrática y que permitió lineamientos de Políticas de Estado. Las cuales buscaban la convergencia de objetivos y la articulación de políticas de gobierno que permitía marcar el camino del Progreso en estos tiempos democráticos, impulsando un proceso de consolidación de la democracia, la afirmación de la identidad nacional y el diseño de una visión compartida del país a futuro, a través de la formulación de políticas de Estado, con una visión multidimensional, habiéndose 29 políticas de Estado, bajos los ejes de la Gobernabilidad, Equidad y Justicia Social, Competitividad, Institucionalidad y ética pública, el cual se institucionalizo mediante Decreto Supremo N° 105-2002-PCM, foro que se encuentra adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros, las mismas que se han ido ampliando a lo largo de estos 18 años y cuyas últimas sesiones Sesión N° 126.- aprobó la Visión del Perú al 2050 y cuya elaboración está a cargo del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico – CEPLAN a fin de formular el Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050, que según en palabras de su Presidente del Consejo Directivo, Javier Abugattas, señalo que el proceso de elaboración de la Visión se inició en Febrero del 2017, cuando el CEPLAN, presento ante el Acuerdo Nacional una propuesta de imagen de futuro, el cual según sus palabras se basó en 5 ejes estratégicos, y en cuya última Sesión N°127, fue abordada por el PNUD, sobre el estudio “ El reto de la igualdad”, diagnosticando el Índice del Desarrollo Humano, en base la división político – administrativa del país; distritos, provincias y departamentos, y a través de tres variables; piso altitudinal, localización productiva y volumen poblacional con alto grado de urbanización, si tenemos un estudio de la igualdad que conocíamos en diciembre del 2019, porque entonces no adecuamos la estrategia contra el COVID – 19, teniendo los indicadores ya conocidos, donde el principal enemigo es la concentración poblacional, las carencias y necesidades económicas productivas señaladas en el estudio, antes de la propagación mayor de este virus, cuyo distanciamiento social se hace una necesidad a fin de evitar la transmisión viral, teniendo en cuenta que estuvieron representantes de algunos partidos que hoy tienen bancada en el parlamento y que pueden contribuir en un gabinete que permita combatir a un enemigo común.
El Perú y los peruanos nos encontramos en una coyuntura nunca antes vista y con un enemigo invisible que viene matando a muchos compatriotas, donde la necesidad de la transparencia de información de infectados, fallecidos, pacientes en UCI, pacientes dados de alta, debe ser fundamental ante este nuevo escenario y nueva fase que nos toca vivir, a fin de seguir impulsando la actividad pública, privada y eliminar prácticas corruptas e ilegales en políticas públicas, que manchan la honra de miles de peruanos que hoy ven a sus familiares morir y que ven sus esfuerzos frustrados ante la conmoción de ir a trabajar y no regresar más, por culpa de esta pandemia, razón por la cual la convocatoria de los diversos líderes de los partidos políticos y organizaciones representativas se hace una necesidad, con una visión geopolítica, indistintamente a que muchos de las personas que participaron e impulsaron este foro, hayan actuado al margen de la Ley y hoy se encuentren presos, procesados o con pedidos de extradición, y que puede ser cuestionada su verdadera representatividad e institucionalidad en todos estos años, donde el real virus fue la corrupción, para lo cual deben primar las políticas de Estado, y que hace que un país desarrolle sostenidamente y no con un crecimiento económico disfrazado de desarrollo, que ha sido mostrado debido a la precariedad de nuestros servicios públicos, por ello la necesidad del Acuerdo Nacional como instrumento Institucional que permita afianzar la estrategia necesaria para combatir de una vez por todas al COVID – 19 y podamos seguir construyendo un PERU, ciudadano, con ilusiones al Bicentenario y conforme a los señalado por Alonso Cueto(El Comercio)donde señala que es mejor confiar en la incertidumbre, pero también en la esperanza y en la dura paciencia. Hoy la necesidad del Acuerdo Nacional y la instalación del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional, se deben implementar a fin de restablecer el liderazgo institucional que la población pide de sus autoridades.