“Aquel que no conoce su historia esta condenada a repetirla” (Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana). De esta frase célebre, podemos concluir que aquellos países que no conocen su historia están destinados a vivir día a día como lo han venido haciendo desde antes, siendo la única solución —para dejar esta realidad— que nuestros ciudadanos estén informados, que sean críticos y pensantes, que reflexionen sobre la situación actual que nos ha llevado a estar en este punto, para así poder cambiar el país y no cometer los mismos errores. En ese sentido, en estas fechas de elecciones presidenciales, es nuestro deber recordar el pasado para así poder forjar un mejor futuro y sin corrupción estableciendo un control de nuestros gobernantes.
Muchos jóvenes de hoy en día no vivieron la época del terrorismo en el país, que desde 1980 asedió el Perú con coches bomba, paros armados, cortes de agua y luz, asesinatos selectivos, atentados contra organismos públicos y privados y la población. Asimismo, a partir de los «Vladivideos», el Perú vio cómo se desarrollaba la corrupción a través de compra de consciencias que hoy en día se siguen viendo en casos como el de los «Cuellos Blancos», los hermanitos y el «Club de los Lagartos». Es necesario que la generación de los millenials estén debidamente informados y así aprender de nuestra historia.
Por eso es necesario que partidos políticos nuevos como Democracia Directa, que lleva en su plancha al congreso personas limpias y honestas, tengan la oportunidad de representar a los millones de peruanos. Estamos cansados de tanta corrupción porque donde uno pone el dedo hay pus. Soy Victoria Ruby Celis Salinas, abogada comprometida con los más necesitados, y busco desde el Congreso fiscalizar y ejercer el derecho de llevar la voz del pueblo para que sea escuchada, al mismo tiempo que representar adecuadamente a los peruanos que depositan su confianza en partidos como el que yo represento.
Estoy cansada de tanta corrupción que esta pandemia ha desnudado en nuestras instituciones públicas. Hemos sufrido por culpa de malos políticos y no específicamente por el COVID, pues el Ejecutivo se ha mostrado ineficaz para dar respuesta a la falta de oxigeno y camas UCI. De igual forma, hemos sido golpeados por los traficantes de la salud y las mafias que sólo buscan lucrar con la muerte de nuestros hermanos peruanos. En el sector de educación, nuestra niñez ha sido la que ha sufrido sin acceso al servicio de internet, ocasionando que la deserción escolar aumente ¿Y qué hace el Estado? Una buena educación es la base fundamental para el desarrollo del país, con menos ignorancia, menos cárceles y cero pobreza. Debemos promover y fiscalizar el estricto y obligatorio cumplimiento de la Ley N°29729, la cual establece la necesidad de designar un psicólogo para prevenir y tratar casos de violencia y acosos en las instituciones educativas. Esta norma fue dictada hace 11 años, sin embrago, las instituciones han echo caso omiso.
Los cambios que el Perú requiere son cambios de muy largo aliento, y los que queremos estos cambios queremos cosas reales y que generen una nueva ilusión en los ciudadanos. Los peruanos debemos reflexionar. No queremos que vengan a maquillarnos las cosas como lo han hecho desde los años 80, después de la llegada de gobiernos plagados de dictaduras, autocracia o democracias de fachada. En estas elecciones debemos tener gente preparada, debidamente capacitada y honesta. Me considero ser esa alternativa pues nunca me he visto involucrada en ningún tipo de denuncia por corrupción, ni si quiera por pasarme la luz roja. Soy una mujer y madre de familia con las manos limpias, y quiero lo mejor para mi país. Desde el Congreso fiscalizaré y seré esa voz que el pueblo peruano necesita.