La semana pasada, cuando todavía no se difundían las encuestas de ayer, los más reconocidos antikeikistas (no decimos antifujimoristas porque varios de ellos trabajaron contentos para el Chino), empezaban a mirar con inusitada simpatía a Keiko Fujimori. Conocidos media trainers, que desde hace diez años han entendido la política como el modo de cerrarle el paso a la China, la empezaban a ver con otros ojos.
La capitana del equipo de fujimoristas arrepentidos —la misma que, en su momento, aseguró que Vizcarra había sido parte del ensayo clínico de Sinopharm— reveló la estrategia vía Twitter: «El electorado conservador tiene que volver a mirar a Keiko Fujimori después de estos dos días. No les quedan más opciones».
La estrategia está servida, y ellos creen que nadie se da cuenta. Usan el debate organizado por el Jurado Nacional de Elecciones como excusa para pedir, casi a gritos, que no se vote por Rafael López Aliaga, quien valgan verdades no tuvo el mejor performance en aquel encuentro.
Saben que quitándole votos a Porky, estos se irán con Keiko. La quieren a ella en segunda vuelta para que el candidato que ellos decidan le gane. Saben lo que tienen que hacer: tienen años practicándolo
A estos falsos demócratas solo les interesa no perder su parcela de poder. En el 2011, se inventaron el juramento en San Marcos para calmar sus conciencias y votar por Ollanta Humala; en el 201,6 hicieron lo que quisieron con Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y asentaron su poder en el aparato público y mediático. No están dispuestos a perder esa parcela y son capaces de hacer todo lo que esté en sus manos.
Ahora, con el súbito crecimiento de Hernando de Soto en los sondeos electorales, parece que pueden respirar tranquilos. No quisieran un escenario de segunda vuelta entre Yonhy Lescano y Fujimori Higuchi, sería muy rochoso pasar por alto varias falencias del candidato de Acción Popular.
Con De Soto habría un problema. ¿Cómo haríamos con el apoyo de Vargas Llosa faltando una semana para la elección? Vargallosista que se respete políticamente ha de tener una auténtica animadversión hacia De Soto. Los menores de treinta años deben saber que en una entrevista en Panorama (1990), el ahora candidato presidencial llamó «hijo de puta» al novelista y nunca se ha retractado. ¿Habrá llegado la hora?.
Respecto a Keiko, ella siempre ha optado por llevar la fiesta en paz con sus más encarnizados enemigos. No podemos olvidar que la primera entrevista que realizó en esta campaña electoral fue precisamente en el programa que la acusó de lavado de activos sin pruebas una semana antes de la segunda vuelta de las Elecciones Generales del 2016. Ella les perdona la vida; ellos, no.
El peor escenario para este grupo que encumbró a Toledo, Humala, Villarán y PPK en el poder es una segunda vuelta entre Keiko Fujimori y Rafael López Aliaga. Aunque confieso que será muy divertido ver a más de uno haciendo piruetas para defender su voto keikista. ¿Se imaginan al ex primer ministro Luz Verde?.
Todo puede pasar y como lo dijo ayer el propio Alfredo Torres, de Ipsos, «ni Lescano tiene asegurado su pase a segunda vuelta».
Vayamos a votar el próximo domingo con fe y esperanza, pensando en nuestras familias y el Perú.