Veinticuatro horas después de su aniversario 72, Johan Cruyff sigue generando el respeto entre los más acérrimos fanáticos del fútbol. No es para menos. El neerlandés, es leyenda de un deporte instaurado en un gramado de pasto. Y también, el protagonista de una historia a la que denominaré como fidelidad comercial.
Se jugaba el mundial de Alemania 1974. Claro, un muro de tristeza y odio separaba a este país, y el evento de mayor acogida a nivel deportivo se disputaría en el sector oriental que según la historia fue la parte democrática. Pero ahora, solo quiero centrarme en la persona cuyo fin en este mundial se dio en la prevalencia de su contrato. La selección holandesa optó por Adidas. Dicha empresa vestiría a los futuros subcampeones durante la etapa competitiva. Johan Cruyff, mantenía un contrato con la otra empresa de la ya destruida hermandad Drasler. Puma fue la marca encargada de solventar con implementos deportivos al mítico centrocampista, quien no dudo en mantener su contrato en pleno mundial de fútbol.
La total negativa de Cruyff aumentó a grandes niveles cuando él mismo pidió a la empresa fundada por Adolf Dassler un pago extra por vestir su camiseta. Evidentemente, pasó lo esperado y no aceptaron las condiciones del jugador que portaría el número 14 en sus épocas de gran deportista. Las consecuencias no se hicieron esperar, por lo que Hendrik Johannes alteró el diseño de la camiseta. Las tres rayas que hasta hoy en día continúan en muchas de las camisetas Adidas, fueron portadas en el cuerpo de Cruyff con tan solo dos. Y así jugó todo aquel mundial, sin ningún remordimiento por tal vez una cercanía por rescindir todo contrato con la Federación Holandesa de Fútbol.
Lamentablemente, yo consideró que todo aquello resultó en vano. Pues Holanda quedó en segundo lugar tras haber jugado la final con la anfitriona Alemania Democrática. Tal vez, para Johan Cruyff si significó algo más que un capricho o una respuesta en contra por la marca de enfrente. Tal vez el buscaba ser un hombre de principios y cumplir su palabra, sabiendo los riesgos que se podrían avecinar. Eso, desde arriba, solo tú lo sabes.
Dos rayas y un catorce en Alemania, la historia sigue en vigencia. Feliz cumpleaños, Hendrik Johannes Cruijff.