Luego de 8 horas y 48 minutos –entre pifias y golpes, el Congreso de la República aprobó con 105 votos a favor la vacancia presidencial de Martín Vizcarra Cornejo por incapacidad moral permanente.
«Me voy con la consciencia tranquila del deber cumplido. Esperemos que el Perú siempre vaya por la senda del bien. Esperemos que el futuro depare lo mejor para los peruanos y esperemos, ojalá, que pronto no nos enteremos de cuales han sido los motivos de fondo para tomar las decisiones que se han traducido en votos hoy en el Congreso», enfatizó Vizcarra durante su última conferencia de prensa como Jefe de Estado.
Minutos antes, el presidente del Parlamento remitió a Vizcarra Cornejo y Walter Martos el oficio firmado que aprueba la vacancia presidencial.
No obstante, las calles ya daban a conocer su insatisfacción respecto a la decisión tomada por la mayoría del Congreso y el propio Vizcarra. Miles de personas –durante la segunda parte de la sesión de vacancia– empezaron a amontonarse en las afueras del Congreso. Al punto que un sujeto agredió físicamente al vocero alterno de Acción Popular, Ricardo Burga.
El mismo escenario de insatisfacción y de ánimos caldeados se vivió en la Plaza San Martín, la avenida Abancay, la ciudad de Huánuco, la plaza 28 de Julio en Iquitos, Arequipa, Cusco, Tacna y demás provincias alrededor del país.
Por si fuera poco, a las protestas, también se le sumo el intenso ruido de los cacerolazos emitidos desde los balcones en diversos puntos de Lima.
¿Qué desencadenó todo?
Para entender mejor la nueva crisis política, hay que remontarse al 20 de octubre del presente año, cuando miembros de Unión por el Perú (UPP), Podemos Perú (PP), Frente Amplio (FA) y Acción Popular (AP), así como un no agrupado, presentaron un segundo pedido de moción de vacancia presidencial en contra de Martín Vizcarra.
Pasaron 13 días para que la moción de vacancia sea aprobada y 20 días para completar su cometido.
En este caso, el impeachment surgió luego de la presentación de nuevos testimonios de aspirantes a colaboración eficaz, quienes alegaron que el jefe de Estado recibió sobornos cuando era gobernador regional de Moquegua.
Lo que en un inicio significó «optimismo» en un inicio para el entonces presidente Vizcarra, minutos antes del inicio del hemiciclo, se convirtió en desilusión cuando el Congreso dio a conocer el voto número 87.
La defensa de Vizcarra
Desde que el expresidente tomó la palabra para dar sus descargos, su posición ya era clara. «Voy a ejercer personalmente mi derecho de defensa», expresaba.
Sin embargo, lo que nadie previó, fue la postura frontal del presidente al expresar que «se ha hecho público que 68 congresistas tienen procesos en investigación en el Ministerio Público». Acto que de inmediato provocó el rechazo –traducido en voto posteriormente– de los parlamentarios que se sintieron aludidos.
45 minutos bastaron para que la intensión de voto de APP cambie su intensión de voto, ya que durante la Junta de Portavoces – pedido expreso de Diethel Collumbus – la balanza se inclinó a favor de un nuevo gabinete.
Debate parlamentario
Hace un mes y medio, el Congreso tuvo un debate alterado respecto a la primera moción de vacancia. Referencias a canciones, comparaciones como «pato rengo» o «cojo» fueron las declaraciones que mayor revuelo generaron en el hemiciclo. En este segundo pedido, el debate se mantuvo en un tono similar.
La primera intervención fue del congresista José Vega de Unión por el Perú (UPP), quien reafirmó la postura de su partido a favor de la vacancia.
Luego, el turno fue de Acción Popular, por intermedio de su portavoz Otto Guibovich, quien argumentó que su voto sería en favor de los «más pobres» y no a la «cleptocracia».
En la misma línea, FREPAP mantuvo su firme posición de votar en bloque a favor de la vacancia, argumentando que son «conscientes de que el país requiere vivir de la verdad y no de la mentira».
Posteriormente, Collumbus hizo lo propio al expresar que el presidente se equivoco al «venir a pechar» al Congreso.
Por su parte, Podemos Perú «no arrugó» y, en representación de la bancada, Cecilia García afirmó que no volverán a «creerle a la misma persona (Vizcarra)» que los «dañó y acuchilló» el mes pasado.
Posteriormente, Reymundo Dioses confirmó que su bancada mantenía una división respecto a los votos, ya que su portavoz había adelantado que sus representantes tendrían una decisión «a consciencia».
Cabe destacar que, en medio de la sustentación de Dioses, un congresista no identificado dejó su micro prendido y afirmó que contaban con «85 votos a favor» para vacar al mandatario moqueguano.
El Partido Morado mantuvo su posición y Sagasti adelantó que no cambiarían su decisión por «no ser el momento (adecuado)».
El Frente Amplio, tras las declaraciones de Rocio Silva Santisteban y Lenin Checco, mostraban la cara de una representación congresal dividida en el Parlamento y las próximas elecciones.
«El pueblo peruano no ha elegido a Vizcarra. Pero el señor Vizcarra para llegar al poder no le importó traicionar (a su partido)», aseveró el congresista de Alianza para el Progreso (APP) Fernando Meléndez.
Subsiguientemente, 46 intervenciones más se dieron, siendo en su mayoría a favor de la vacancia. Entre los que destacan, nuevamente, la «pena de muerte» deseada por el parlamentario Chagua de UPP.
Incluso, un legislador de la bancada de la lampa se adelantó a la juramentación y llamó «señor presidente de la República» a Manuel Merino.
Para redondear, el congresista Omar Chehade manifestó que «tenemos un presidente tartufago al cual no le importa mentir a la Nación con tal de salvar su pellejo».
Todos los partidos terminan su exposición y el titular del Poder Ejecutivo dio inicio a los votos. Para las 7:19 de la noche, los peruanos conocieron que Martín Vizcarra no culminaría su mandato y la batuta pasaría al actual presidente del Parlamento.
La medida de destitución fue apoyada por más de 87 votos requeridos y su puesto pasará el día hoy a Manuel Merino de Lama, quien ya juramentó como presidente de la República.