La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) ha elaborado, de acuerdo a las normas de higiene, salubridad y bioseguridad dispuestas por el Ministerio de Salud (Minsa), el Protocolo para las Actividades Religiosas de la Iglesia Católica en tiempos de Pandemia.
Desde el mes de noviembre, la población peruana podrá asistir a recintos religiosos, de acuerdo a la disposición del Gobierno. Y estos espacios solo podrán contar con la tercera parte de su capacidad a fin de evitar aglomeraciones y contagios del COVID-19.
“Las entidades religiosas, a partir del mes de noviembre, podrán abrir sus recintos para recibir a fieles y público en general con un aforo máximo de un tercio de su capacidad. Tiene que ser un proceso gradual”, señaló el presidente Martín Vizcarra durante conferencia de prensa realizada este miércoles 21 de octubre.
“Las personas que cultivan una fe han estado reclamando y es completamente justificable”, señaló el mandatario. La demora ha sido siempre pensando en la salud», añadió.
Así, después de más de siete meses de cierre como parte de las restricciones por la pandemia del coronavirus, estos lugares volverán a abrir sus puertas a sus fieles.
¿Cuándo abrirán las iglesias en el país?
De acuerdo a las declaraciones del presidente Martín Vizcarra, la propuesta es que desde noviembre se lleve a cabo la reapertura de iglesias con aforo reducido. La fecha exacta aún no ha sido confirmada por el Ejecutivo.
Se ha considerado tres fases:
Fases:
1. Terminado el estado de emergencia nacional (cuarentena) por el coronavirus (COVID-19), cada obispo establecerá la fecha a partir de la cual se permitirá a los fieles asistir a los templos para las celebraciones eucarísticas. Asimismo, para la celebración de otros sacramentos o actos de culto, pero no de manera masiva sino con el aforo reducido a un tercio de capacidad del templo, guardando el distanciamiento social y cumpliendo estrictamente el protocolo.
2. Se restablecerá de manera escalonada las reuniones de formación catequética y pastoral, priorizando en lo que corresponda las modalidades virtuales y cumpliendo estrictamente las normas y criterios organizativos y sanitarios: aforo reducido a un tercio, higiene, uso de mascarilla, distanciamiento de un 1 metro como mínimo y otras que pueda disponer el obispo.
3. Retomar la vida pastoral ordinaria de manera progresiva, teniendo en cuenta las medidas que fueren necesarias hasta que se encuentre la solución médica a esta pandemia.
Entre las disposiciones que establece el protocolo, destacan:
- Mientras dure la actual situación de pandemia, a los feligreses que forman parte de la población en riesgo se les prorroga la dispensa del precepto de asistencia a misa dominical, se les recomienda no asistir a celebraciones comunitarias y se les invita a valorar la conveniencia de no salir de su domicilio.
- En las puertas de los templos se cuidará de que no ingresen más fieles que los permitidos por el aforo antes señalado y, en lo posible, se controlará la temperatura de los asistentes.
- Se habilitará una alfombra húmeda con agua y lejía, para que los fieles al ingresar desinfecten la suela de sus zapatos de manera obligatoria.
- Los templos deben estar cuidadosamente desinfectados, limpios y ventilados. Al final de cada celebración se deben desinfectar bancas, sillas y objetos litúrgicos utilizados.
- En los templos no habrá, ni se usará, agua bendita. Tampoco se podrá tocar, ni besar, las imágenes.
- Donde sea necesario, mientras dure la emergencia sanitaria se recomienda la realización del culto al aire libre, cuidando siempre la dignidad de los sacramentos y las medidas de precaución antes mencionadas.
- Los fieles deben lavarse las manos con agua y jabón o desinfectarlas con alcohol antes de ingresar al templo.
- En lugar de hacer la colecta en la forma usual para la ofrenda de los fieles se colocarán alcancías o canastas a la salida del templo.
- El saludo de la paz, que es facultativo, se sustituirá por otro gesto evitando el contacto directo.
- La distribución de la Eucaristía se realizará en silencio. Se dará la comunión en la mano.
- El sacerdote celebrante y sus ayudantes deben asearse las manos antes y después de la distribución de la sagrada comunión. El uso de la mascarilla es obligatorio y permanente.
¿Qué es lo que falta para la reapertura de iglesias?
Pilar Mazzetti, aseguró al medio RPP, que aún no es posible reabrir las iglesias, ya que no se han establecido los protocolos que garanticen la distancia social.
“Tenemos que hallar una forma en la que no corramos riesgos, los espacios cerrados con personas congregadas representan un riesgo tremendo. Ya hubo conversaciones sobre el tema de las iglesias, aún no hay una respuesta, pero sabemos que no necesariamente tenemos que estar todos juntos [en las iglesias], se pueden hacer diferentes horarios, se puede hacer que las personas vayan en diferentes días de la semana. Está claro que no vamos a poder cantar, porque cuando cantamos el aire sale mucho más lejos y obviamente tampoco nos podemos abrazar”, explicó Mazzetti.