Sábado por la noche. Un show íntimo y eléctrico asomaba en el Central Cultural Lima de Chorrillos: la llegada de Bob Moses a Lima reunió a cientos de amantes de la música electrónica en una noche que se sintió más como una comunión que como un concierto.
El evento arrancó con el warm-up de Merkins, el dúo de Mer y Dr. Hopkins quienes desde temprano se encargaron de construir la atmósfera con un set sobrio pero efectivo, guiando al público en una progresión de beats hipnóticos. Le siguió Álvaro Gómez, quien le añadió profundidad al ritmo y mantuvo la pista en constante movimiento. Ambos teloneros no solo cumplieron: marcaron un nivel.
Pasadas la medianoche de la noche, las luces bajaron, el murmullo se convirtió en gritos y los primeros acordes de Bob Moses rompieron la calma. El dúo canadiense, conformado por Tom Howie y Jimmy Vallance, demostró desde el primer track por qué es uno de los actos más celebrados del house melódico con alma alternativa.
Temas como Tearing Me Up, Inner Light y Hanging On fueron coreados por el público como si se tratara de himnos personales. El juego de luces reforzaba el carácter introspectivo de su música sin perder el pulso bailable.
La conexión con el público fue inmediata. Cada pausa, cada transición, cada subida fue celebrada con los brazos al aire y los ojos cerrados. Bob Moses no solo tocó música: sostuvo una conversación emocional con quienes los escuchaban, acercándose al público en la zona de DJ Booth y recibiendo regalos de los asistentes en general.
La noche terminó como debía: con la sensación de que el tiempo se había suspendido. Afuera, Lima seguía su curso; adentro, quienes estuvieron ahí sabían que acababan de vivir algo especial. Una noche donde el beat no fue solo ritmo, sino lenguaje.
El show fue organizado por Sundeck Fiestas, Glovox y Laud.