Donald Trump es elegido en un contexto en el que la población estadounidense busca un líder capaz de salvaguardar los principios fundamentales sobre los cuales fue fundado, destacando principalmente la libertad y autonomía. Desde el inicio de la globalización, el panorama mundial de las actividades comerciales ha experimentado una transformación radical, tanto en la producción como en la distribución. El libre comercio ha sido un pilar clave en el éxito y la prosperidad de los Estados Unidos, especialmente desde el siglo XX. Tras la Segunda Guerra Mundial, surgieron cambios significativos y se crearon organismos internacionales que impulsaron al país a suscribir múltiples acuerdos comerciales y a posicionarse como líder de un sistema multilateral que se caracterizaba por la eliminación de barreras arancelarias y la promoción del intercambio de bienes y servicios. Estados Unidos se consolidó como defensor del libre mercado, logrando que sus industrias creciesen y la población mantenga un óptimo poder adquisitivo. La globalización ha brindado sustanciales beneficios que el país ha aprovechado para reducir costos de producción y aumentar su competitividad; no obstante, en los últimos años, la política proteccionista ha cobrado relevancia, y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanda ha generado inquietud e incertidumbre entre sus principales socios comerciales y en el Sistema Económico y Financiero Internacional.
Particularmente, Perú y Estados Unidos iniciaron su relación comercial con el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1826, consolidándose con el Tratado de Libre Comercio de 2006, que entró en vigor en el 2009, y el cual celebró su 15º aniversario este 2024. Este acuerdo ha generado un crecimiento bidireccional, reflejado en un aumento significativo de las exportaciones peruanas hacia EE.UU., que alcanzaron más de US$8.100 en el período de enero a noviembre de 2023, representando el 14% del total exportado. Desde su implementación, las exportaciones peruanas a este destino han mostrado un crecimiento constante, incluso durante la pandemia, con productos no tradicionales constituyendo el 60% de los envíos. Al mismo tiempo, la visión departamental está cada vez más diversificada, con Lima representando el 26% del total, seguida de Ica, Piura y Arequipa. El escenario actual de Perú, teniendo como principales socios comerciales a China y Estados Unidos, respectivamente, ha fortalecido su posición en un escenario internacional cada vez más competitivo. Los resultados tangibles del acuerdo económico han impulsado el potencial exportador del país, y frente al nuevo gobierno de Donald Trump, será decisivo la continuidad de políticas que fomenten la apertura comercial.
Con el renovado enfoque proteccionista de la administración estadounidense, el Estado peruano ha adoptado diversas estrategias para proteger sus intereses comerciales. Entre ellas se destaca la instauración del Mecanismo de Diálogo Político de Alto Nivel con Estados Unidos, suscrito el 9 de mayo en Washington, D.C. Este instrumento ha fortalecido las relaciones bilaterales en un contexto donde la administración de Donald Trump ha propuesto elevar los aranceles a productos, particularmente aquellos que transiten por el Mega Puerto de Chancay. En esa sintonía, Perú ha impulsado la diversificación de mercados con énfasis en expandir su presencia en Asia a través de nuevos acuerdos comerciales, como los suscritos durante el APEC 2024. Estos esfuerzos, junto con la activa participación en foros multilaterales, buscan garantizar el crecimiento económico del país frente a las barreras comerciales. Asimismo, el Perú deberá equilibrar su relación con las potencias económicas emergentes, como India, aprovechando las oportunidades de cooperación sin dejar de lado la necesidad de diversificar la economía nacional.
A través de la diplomacia y la innovación comercial se hará enfrente a los desafíos de un entorno económico global cada vez más proteccionista. Esto requiere estrategias que fortalezcan la competitividad y la capacidad de adaptación de la industria nacional, con inversiones en sectores principales como el textil, la agricultura y la ganadería. Garantizar un entorno favorable para las exportaciones peruanas será fundamental para mitigar los riesgos de un proteccionismo creciente en pleno siglo XXI.